
El complejo ‘castrexo’ de la Dobesa de Fragoselo y San Lourenzo, ambos en la parroquia de Coruxo, son un testimonio único de la existencia, hace cuatro mil años, de un posible santuario celta al aire libre relacionado con un castro y cuya vinculación religiosa conservaron hasta hace menos de medio siglo sus vecinos.
El abandono durante decenios y la presión a la que han estado sometidos debido a un desordenado desarrollo urbanístico ponen en peligro su supervivencia. Esta situación, además, se extiende a todas las estaciones de Coruxo, el área rupestre más extensa de Vigo y una de cuyas joyas es precisamente la Dovesa de Fragoselo, conocida también como la Pedra da Moura, el petroglifo más grande del sur de Galicia.
El espacio ‘castrexo’ de San Lourenzo, declarado junto a la Dovesa de Fragoselo Monumento Nacional en 1975, está formado por dos promontorios. Según recoge el estudioso Xosé Couñago en la web patrimonio cultural de Vigo —una de las más completas que se pueden consultar sobre el patrimonio histórico-artístico de la ciudad—, uno de ellos ha desaparecido prácticamente por las edificaciones y las canteras. El otro, conocido por O Penedo, está en vías de correr igual suerte.
Este promontorio se encuentra en el barrio de San Lourenzo, junto a la iglesia parroquial. En su parte más elevada se encuentra un conjunto de rocas que dan nombre al lugar. Todo indica que se trata de una roca utilizada por los antiguos gallegos de hace 3.000 o 4.000 años para realizar sus cultos religiosos, ya que se conservan surcos, escaleras excavadas en la piedra y cazoletas, muy similares a otros altares de sacrificios celtas descubiertos en otras partes de Galicia y del norte peninsular. Además, a pocos metros, se halla un grabado oval con surcos y cazoletas en una roca plana y otra gran roca tallada en forma de pila.
Visitar este conjunto es hoy en día imposible: pese a que se encuentra próximo a la iglesia y por lo tanto su localización es fácil, distintas construcciones privadas —incluido un ‘galpón’ de uso agrícola junto al mismo Penedo— han cortado cualquier vía de acceso.
La cristianización hizo que este lugar fuese identificado con el santo Lourenzo y el petroglifo oval con la parrilla en la que fue martirizado. Existía un camino de peregrinación hacia el Penedo y la pila tenía la misma función que la del conocido Santuario de Augas Santas de Allariz.
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